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La fábrica abrió la puerta bajo el titularidad del fraudulento empresario, Hugo Ardíles, que no cumplió con el compromiso de reincorporar a la totalidad de los trabajadores despedidos. La asamblea que los nuclea aún permanece en negociaciones con el gobierno a la espera de una respuesta.

CIVE

Ante la inminencia del cierre de la planta más de setenta operarios pasarían a engrosar las filas de desocupados, en un momento donde se desarrolla una de las peores crisis del capitalismo a nivel internacional, la cual se traduce en cierres de fábricas y masivos despidos en todo el mundo. Frente a esta situación, los trabajadores de la fábrica Cive SA, declarada en quiebra hace ya más de dos meses y medio, continúan en defensa de sus puestos de trabajo y mantienen firme su decisión de poner la planta a funcionar bajo la forma de una cooperativa de trabajo.



Los trabajadores llegaron a la fábrica con rostros que mostraban una mezcla de bronca y desilusión al volver de la reunión que mantuvieron con el ministro de justicia, Luis Angulo, quien los había citado, al igual que a Hugo Ardiles, acreedor (y deudor) privilegiado a quien la jueza Marcela Antenucci le otorga la titularidad de la fábrica, quien no se presentó y se niega a hablar con los representantes de la cooperativa. Ante la ausencia del empresario a dicha reunión, los trabajadores junto a su abogado, Gustavo Valdés, dieron por terminada la negociación, frente a lo cual el funcionario se comprometió a citar a Ardiles haciendo uso de la fuerza pública en caso de que sea necesario. Resulta poco probable en este clima que pueda haber alguna negociación.
Por lo tanto, los trabajadores al volver a la fábrica, que se encuentra tomada deciden cortar la Av. Vélez Sarsfield al 4300, como medida de protesta frente a dicha situación y mientras tanto intentan buscar una salida por una senda que cada vez se hace más estrecha.

Basta de empresas fundidas por empresarios corruptos
CIVE es una empresa dedicada a la fabricación industrial de cristales laminados y templados para automóviles, camiones, maquinaria agrícola y vidrios para la construcción. La fábrica ocupa un terreno de dos hectáreas sobre una de las avenidas más importantes de nuestra ciudad, de rápido acceso al centro y a metros de la circunvalación, todo esto la convierte en un plato muy apetecible para los megaproyectos inmobiliarios.
En el año 2006 la empresa es declarada en Quiebra con Continuidad, ante lo cual pasa a manos de la sindicatura dictada por el juzgado. En aquel momento quedan debiendo a los obreros una suma que oscila entre los cinco y los seis mil pesos, monto que aún no ha sido reintegrado.
Hugo Ardiles, ingresa a la empresa como representante del 33% de uno de los tres dueños de CIVE en el 2004. Esta persona fue parte de la empresa entre los años 2004 y principios de 2006, cuando es declarada en quiebra. Durante el 2006 el Sr. Ardiles se interesa en la compra de los créditos prendarios e hipotecarios de CIVE en el Banco de Córdoba, en manos de Córdoba Bursátil y forma paralelamente GRIVAS, empresa dedicada al mismo rubro que compra la producción de CIVE al costo, o a veces aún por menos, cuando no con cheques sin fondo, vaciando de esta manera una y otra empresa. GRIVAS también se encuentra en proceso de Quiebra.


La cooperativa de trabajo es la salida para las fábricas cerradas

Frente a este proceso de vaciamiento, los trabajadores deciden organizarse en defensa de sus puestos de trabajo conformando una cooperativa para poner a producir nuevamente la fábrica. Los trabajadores afirman que hasta hace muy poco tenían pedidos de sus antiguos clientes, cuentan con la maquinaria y la infraestructura para ponerla a producir, al igual que la idoneidad y conocimientos necesarios, pero se enfrentan con las maniobras que maratónicamente llevan a cabo la patronal y sus aliados.
A pesar de esto, la cooperativa mantuvo firme su propuesta, la cual fue elevada al Consejo Deliberante, semanas atrás, instancia en la que lograron que sea declarada de “utilidad pública” y se les reconozca el derecho de expropiación temporaria. Sin embargo, esta decisión quedaba sujeta a la resolución de la Justicia y la aprobación de la misma por parte del intendente Daniel Giacomino, quien tras dilatar su decisión terminó vetándola. Los motivos de la demora y el veto pueden rastrearse en la sociedad que existe entre Marcel Bonetto, Secretario de Gobierno del Intendente, sindicado como uno de los socios principales de Ardiles, quienes con anterioridad habían presionado para que se realicen inspecciones y la clausura de la planta.

El fantasma del desalojo

Ante esta situación los trabajadores mantienen la guardia en el predio de la fábrica, frente al permanente peligro del desalojo, el cual tuvo su momento más crítico cuando semanas atrás, cayera una oficial de justicia con una intimación, basada en la titularidad de la fábrica por parte del Sr. Ardiles. Una madrugada de martes, la guardia de infantería intentó desalojar a las patadas a los trabajadores que se encontraban en el lugar, los cuales resistieron, y apelaron a la solidaridad de las organizaciones y partidos políticos (Partido Obrero, Izquierda Socialista, MST). Todos ellos acudieron al lugar, convocando también a los medios de prensa y el secretario de derechos humanos de la municipalidad, Miguel Baronetto. El apoyo de las organizaciones fue contundente y pronto se sumaron demás agrupaciones sociales en apoyo de los trabajadores, y en esa semana se llevaron a cabo varias actividades que concluyeron ese viernes en un festival.
Sin embargo, a pocas horas de las elecciones legislativas, la situación es más que delicada ya que los miembros de la cooperativa están dispuestos a resistir cualquier medida de fuerza y van luchar hasta el final para conseguir lo que en este momento es su mayor deseo: recuperar su fuente laboral.


Matías Gramajo



Fuentes: http://larunfla.blogspot.com/2009/06/cive-negocios-turbios-y-fabrica-tomada.html
http://www.civeesdelostrabajadores.blogspot.com/
http://www.cadena3.com/contenido/2009/06/19/32463.asp

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