Huerta Grande, en alerta hídrica
Un grupo de vecinos manifestó su preocupación por el estado de la cuenca Cascada de Olmos. Ya están preparando un paquete de propuestas para acercar al municipio. Entre ellas el traslado de un basural a cielo abierto y la posterior creación de una reserva hídrica.
Por Julian Santi Vargas. Corresponsal Huerta Grande.
El pasado 6 de marzo se llevó a cabo una reunión ciudadana con el objetivo de intercambiar opiniones, propuestas y discutir posiciones sobre la problemática del agua, en este encuentro intercambiaron diferentes puntos de vista sobre el estado de la cuenca en el marco de una crisis de inequidad hídrica. Se manifestaron las diferentes situaciones que se viven en el lugar: una pareja de jóvenes denunció qu el arroyo Huerta Grande se encuentra contaminado por los líquidos cloacales que se vierten desde una colonia de vacaciones todos los día. Otra señora del barrio Panamericano les compartió su preocupación por el Arroyo de los Corderos que todavía no ha traído agua en todo el verano a pesar de que todavía no empieza la estación seca. En un sector histórico donde hay una reserva hídrica llamada “El Ojito”, se instalaron unas bombas de captación y una toma que aparentemente no funciona, durante toda la temporada venían los camiones con agua de La Falda. Un joven expresó que es verdad que pasan los aviones que cortan las lluvias y que ese fenómeno ocurre en todo el mundo. También los vecinos de Villa el Romerillo manifestaron que se está poniendo en marcha un basural a cielo abierto al pie del cordón de las sierras chicas. En algunos casos Los testimonios de la pérdida que se está viviendo están a la vista algunas de ellas son perdidas no solo ecológicas sino también étnicas y culturales:
El interés de los nativos para que se creara una reserva hídrica en la región se remonta al año 1997 cuando esta inciativa era fuertemente impulsada por los integrantes de la Mesa de Trabajo en Turismo. Desde aquellos años se remonta el relato de esta gigantesca pérdida para los habitantes de Huerta Grande.
El acceso a la Cascada de Olmos está cerrado desde que la estancia La Berna se muestra hostil a sus visitantes. En este gran paraje descansaban los fundadores de este pueblo y los fundadores de La Falda que construyeron el Hotel Edén. Si uno mira a través de la tela de alambre que tiene dos metros, se ven aquellos ranchos de otra época en la que eso era campo libre.
Dios le dicen a un hombre que vive en un viejo establo de adobe, ahora usado como casa por él, no sabemos cuál es su nombre todos le dicen siempre así. Como nació a la vera del camino en el ingreso a las sierras fue desarrollando su oficio de baqueano. Caminador como pocos también solía buscar huevos de perdiz para comer o también alguna cabra u ovejita perdida.
No cobraba solo llevaba a los conocedores de buena ganas las veces que quisieran, era muy habilidoso para cazar pájaros, trepar los paredones y sobre todo llamar a los jotes con un silbido. En esas quebradas posiblemente habiten algunos ancestros de él. O bajan a caballos antiguos arrieros antepasados desde la Capilla Candonga a buscar unos buenos caballos de marcha.
Caminando cuesta abajo por el cerro podemos ver que el pueblo ha cambiado. Hay un camino que conduce a la Cascada de Olmos desde el cementerio de Huerta Grande por donde antiguamente accedían los vecinos del lugar. Dios siempre esperaba visitantes para llevarlos a conocer el corazón del cerro, especialmente la cueva del león y la cueva del chancho del monte. Se terminaba de poner la remera al levantarse de la cama para llevarlos a caminar y se refregaba los ojos en un estanque.
Mientras tanto por aquellos años Felipe Antonio Ledesma era un honesto secretario de obras públicas que entregaba su vida al cuidado del gua con la responsabilidad que significa el llevar adelante esa tarea heroica. En esa época el pueblo era famoso por la calidad de su agua y la pureza del entorno de captación, una acequia estilo romana de varios km de extensión y un tanque gigante que con piedras, piedritas filtraba el agua, no se trabajaba con cloro, solo algunos decantadores para que los palitos bajen. En algún momento de los ´90 un grupo de vecinos entusiastas comenzaron a impulsar el proyecto para la creación de la reserva Cascada de Olmos. Felipe por entonces solicitaba a las instituciones se declare una reserva hídrica por parte de las autoridades para preservar la continuidad de sus vidas; y describía apasionadamente el lugar:
…“Por su configuración, la zona propuesta reúne todas las condiciones, su riqueza en aves, mamíferos autóctonos, sus bosques de molle, chañar, espinillos, algarrobos, talas, moradillos, coco, aguaribay y pastizales, como así también la pureza de su cuenca hídrica y el valor de su paisaje, hacen de este lugar una reserva natural que debe ser protegida y trabajado en forma sostenible con fines turísticos, previo relevamiento si se puede decir hasta científico del patrimonio natural de la zona.”…
…“Cabe señalar que allí se pueden desarrollar varias actividades con el único fin de preservar el medio ambiente y la continuidad de nuestra vida”…
Felipe Antonio Ledesma, Secretario de Obras Públicas
Huerta Grande
Año 1997
( Exp. N° 06 LETRA Z - 07/03/2013)
La expresión que refiere a la continuidad de su vida tiene hoy un gran contenido simbólico. Los hombres y mujeres que transitaron esos cerros saben lo verdadera que es esa afirmación; los alumnos del colegio primario antiguamente hacían una caminata todos los años con el profesor de Educación Física a conocer las nacientes del agua que se bebe todos los días en el pueblo.
Década y media de aquella histórica solicitud un grupo de hombres y mujeres recuerdan el lugar y salen a pedirle nuevamente a las autoridades se lo declare ZONA PROTEGIDA como bosque permanente. Recuperar la entrega de los que en el pasado iniciaron un pedido es la tarea que hoy los convoca, la crisis hídrica tal vez sea responsable de que hoy vean que no se hizo lo que sugirieron en el pasado, tal vez no sea tarde para pedir se declare el lugar como zona protegida. Se vive en un estado de emergencia hídrica permanente y las nuevas generaciones ya ni si quiera saben de ese pasado dorado; los camiones hídricos van y vienen goteando un agua que ya no brilla como la del cerro.
La Cascada de Olmos se encuentra en la estancia La Berna donde los cerros arden por fuego en pleno agosto sin que nadie pueda ni deba hacer nada. El cartel amenazante de la entrada no tiene respuesta para ciertas realidades. Los fuertes incendios que azotan a Huerta Grande durante el mes de agosto no son necesarios para permitir suban los vecinos del lugar, como en otrora a apagar las hirvientes llamas con chicotes de palma.
Dios sabe que volverá a caminar por esas sierras y cree que volverá a cruzarse con el puma como aquella vez en que saltó para saludarlo al costado del camino. La crianza de caballos se extingue como un oficio primitivo, medieval, e inapropiado que ya no tiene un lugar de permanencia, mientras el negocio inmobiliario avanza sin un criterio de Estado que contemple a estos sectores. La ZONA PROTEGIDA también será un refugio para la cultura ancestral de aquellos descendientes de comechingones que habitan en Huerta Grande como el particular caso de Dios, que necesitan al menos dos veces a la semana subir el cerro Yapeyú. El cartel amenazante de la entrada reza: Propiedad Privada, queda terminantemente prohibido el ingreso a toda persona ajena. No nos responsabilizamos por hechos que ocurrieren en el mismo.
El fenómeno de la crisis hídrica les plantea un escenario nuevo donde la participación social es para ellos un acto de supervivencia; activismo organizado para plantear nuevas formas de regular las decisiones que se toman desde el Estado. En el caso particular de hoy, la propuesta pide se declare una Reserva Hídrica y de Resguardo al Patrimonio Integral en la región de la Cascada de Olmos, una iniciativa que viene siendo impulsada desde el año 1997 por vecinos y vecinas que intentan proteger y concientizar sobre la vital importancia de que cada uno participe de diversas formas para proteger las nacientes de los arroyos que brotan en la cima de los cerros del pueblo. El permanente acceso que hoy se está denegando a las personas que intenten transitar por la vera de los arroyos, saltar los alambrados, los carteles y las cercas que impiden el acceso por el lecho de las riberas muestra como la privacidad los lleva a transformarse en viejos y secos surcos contaminados por el olvido. No existe ni se ha visto en la región ningún ente u organismo que salga a transitar los arroyos para controlar que se respeten las moribundas leyes:
…”Nuestra Ley 5589, de acuerdo a la normativa de fondo prescribe que cuando se produjere la división de terreno donde corren aguas de vertiente por cualquier título, quedando el lugar en donde las aguas nacen en manos de un propietario diferente del lugar en donde murieren, la vertiente y sus aguas pasarán al dominio público y los titulares del predio dividido podrán continuar usando el agua, previo solicitar concesión de uso que les será otorgado presentando el plano del inmueble y el titulo del dominio..”. La resolución 2147 del año 1988 hace exigible la aplicación de las normas técnicas previstas en el Decreto 448 C para los loteos, consignándoles la leyenda que sostiene: que la superficie ocupada por el curso del río o arroyo que cruza el inmueble mensurado pertenece al dominio público del Estado, quedando sus límites sujetos a la oportuna determinación de la línea de Ribera….”
… “ La ley 17711 incorpora al dominio público las aguas subterráneas y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general. Estas dos pautas de singular relevancia contenidas en esta norma, el requisito de “correr por cauces naturales”, y la “aptitud de satisfacer usos de interés general”, hace que sólo en supuestos muy excepcionales el dominio de aguas quede en mano de particulares. Con respecto a la última condición, desde el punto de vista jurídico corresponde decir que el concepto “usos de interés general”, debe interpretarse referido al uso común o general, “…que pueden ejercer o realizar todas las personas, por su sola condición de tales, son otra restricción que la de observar las disposiciones reglamentarias que hayan dictado, al respecto, las autoridades competentes para ellos…”.
Los ciudadanos autoconvocados de Huerta Grande se organizaron para reclamar por el triste panorama que se ve en el pueblo: camiones hidrantes que trajinan indescansables, canillas secas por la falta de lluvias, la botella vacía de mano en mano, el caño seco del ojito de agua; el desenfreno de las clases altas y del millonario que juega al golf y el hotel cinco estrellas son las caras de un presente que no puede seguir así.
Reclaman por el derecho al dominio público. Si se hubieran atendido las recomendaciones de Felipe Antonio Ledesma en el año 1997 hoy el agua no estaría en pocas manos. Los argumentos de hoy en día no pueden justificar por las vías democráticas o políticas las razones a través por las cuales el aparato estatal no se comunica con este grupo de seres humanos.
Los pozos y las napas no dan más agua si se le exige el motor a la bomba, nadie se hace cargo de lo que pasa abajo de la tierra. No sirven las razones para justificar la emergencia permanente ya que al igual que hace 10.000 años atrás, el agua no es solo propiedad de los sectores con intereses y poder sino que también es resguardado y regulado por ellos. Y esta es una forma de dominación étnico-cultural porque ahora la población tiene que sufrir sed y no puede regar las quintas ni lavar los potreros desde que se anunció la emergencia permanente.
El argumento más usual para defender los mega emprendimientos es el de que traerán trabajo futuro y prosperidad al pueblo. Traer grandes inversiones es revalorizar la tierra y las propiedades del lugar. Lemas instalados, al que la mirada tranquila de los bares les dice que el tiempo no les termina dando la razón, con el paso de los años esos viejos emprendimientos hoteleros brindan una salida económica para sus empleados solo en temporada, el resto del año el panorama es de pobreza y desolación, montes secos y hoteles viejos como vacíos resguardos del buen nombre de un sindicato fantasma, presto a los negocios y emprendimientos lúgubres de una zona franca inexistente o el libre lavado a través de la historia. Sin embargo, si se protegieran los grandes espacios verdes del lugar se podría impulsar el turismo sustentable, las actividades que congregan a los extranjeros y de esa manera dar funcionamiento a las actividades relacionadas con las artesanías locales, el turismo aventura, los paseos y los lugares de descanso y recreación. Una buena salida para los pequeños emprendedores o aquellos que no trabajan de empleados en el Estado y en los emprendimentos.
Los ciudadanos autoconvocados de Huerta Grande se proponen en primer lugar escoger su camino y seguir capacitándose trabajando sobre los derechos y normas que reglamentan o garantizan el libre acceso a los recursos y a las fuentes de los recursos de uso común, para que se gobierne no sobre los elementos de la naturaleza (agua, tierra, aire, suelo) sino sobre aquellos seres humanos que se arrogan un derecho de propiedad sobre estos elementos vitales de la tierra. Documentando todo lo más posible con fotografías, análisis, muestras, testimonios y artículos periodísticos sobre toda la información pertinente. Para que a través de la participación ciudadana se puedan llevar a cabo estos reclamos sobre el uso y dominio público del agua y la preservación de los elementos vitales de la tierra a los estratos más altos del poder donde se toman las decisiones que los afectan. Se declare ZONA PROTEGIDA COMO BOSQUE PERMANENTE al sector denominado Cascada de Olmos, que comprende el perímetro de la estancia La Berna y terrenos aledaños.
Razones de peso para la creación de la reserva:
-En el corto plazo: Evitar futuros incendios, posibles emprendimientos o la instalación de basurales.
-En el mediano plazo: Recuperar la cuenca hídrica, generar una actividad económica a través del turismo sustentable, garantizar la protección y permanencia del espacio.
-En el largo plazo: Salvaguardar la continuidad de nuestra vida, la cuenca Cascada de Olmos también alimenta de agua a la ciudad de Córdoba. Proteger la cultura ancestral relacionada con la tierra. Recuperación parcial definitiva de un importante afluente de la cuenca del lago San Roque.
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